Crisis económica mundial: ¿Estamos realmente protegidos?

(Gestion, 28 de noviembre del 2008)

Algunas autoridades del gobierno insisten en sostener que la crisis económica mundial (que aparentemente será más severa de lo que inicialmente se esperaba) no nos impactará de sobre manera. Mientras que bancos y empresas importantes en Estados Unidos cierran puertas o piden programas de salvataje al gobierno federal, y las perspectivas de crecimiento de la economía norteamericana son desalentadoras, en el Perú la economía crecerá este año probablemente a una tasa no menor de 8%. ¿Es ello indicador de que el Perú está bien preparado para afrontar una crisis económica mundial? ¿Tiene sentido que el gobierno señale que la crisis mundial no nos afectará de sobre manera?

Uno de los efectos que la economía peruana ya ha sentido como consecuencia de la presente crisis mundial es el retiro de capitales de corto plazo, las restricciones de financiamiento a los bancos, las continuas fluctuaciones de la bolsa, y la depreciación del sol. Sin embargo, estos no son los peores posibles efectos de la crisis económica mundial en la economía peruana.

La historia económica del Perú (así como de muchas otras economías de la región) nos muestra que las crisis económicas mundiales han afectado a nuestras economías sobre todo a través de la menor demanda mundial por nuestras exportaciones. Este efecto no se siente en el corto plazo, sino en el mediano plazo. El Perú, como cualquier economía pequeña, depende en gran parte del desempeño del sector exportador. La recesión mundial está llevando a una disminución de los precios de nuestras exportaciones, lo cual se traducirá en menores ingresos, menores utilidades, menor crecimiento del empleo, y problemas serios para combatir la pobreza.

Históricamente, este ha sido el más importante canal a través del cual las crisis internacionales han afectado la economía peruana. Tras la peor crisis del siglo XX (la de 1929), por ejemplo, los precios de nuestras principales exportaciones (algodón y azúcar principalmente) cayeron estrepitosamente, lo que llevó a las firmas peruanas (hacendados y comerciantes) a tener severos problemas para pagar sus deudas. En las siguientes décadas (hasta la reciente crisis de 1998), la economía peruana ha sido afectada por las crisis mundiales, sobre todo a través de las caídas de los precios de las exportaciones.

La recesión mundial ya ha afectado los precios de nuestras exportaciones. Y las ha afectado mucho más que en los 1990s. Consideremos, por ejemplo, las exportaciones mineras. En las primeras dos semanas de noviembre, el precio del cobre se redujo en 45% con respecto al mismo período del año anterior. Para el mismo período, las reducciones en los precios de la plata, el zinc y el plomo fueron 37%, 56% y 59%, respectivamente. Los efectos de esta reducción de precios se sentirán en el mediano plazo, a través de menores ingresos, menores niveles de consumo, y menor capacidad de pago de las deudas.

La liquidez del gobierno (debido a altos precios de materias primas) es sin duda alguna una gran ayuda para enfrentar la crisis. Esto le permitirá al gobierno llevar a cabo políticas fiscales contracíclicas. Sin embargo, si la recesión mundial se agrava, la misma capacidad del gobierno para hacer frente a la crisis será menor.

¿Tiene sentido entonces que el gobierno señale que la crisis no nos golpeará de sobre manera? Si el problema de la crisis es puramente de expectativas, sí tiene sentido que el gobierno apacigüe las aguas. Sin embargo, si la crisis es real, y malos tiempos se avecinan, entonces mal hace el gobierno en mantener altas expectativas de crecimiento. Es importante que las familias y firmas tomen decisiones apropiadas en función de expectativas acordes con la realidad. Si la crisis no es solamente de expectativas y (tal como parece ser) bastante menor será el crecimiento de la economía en los próximos meses, entonces expectativas excesivamente positivas solo llevarán a malas decisiones por parte de las familias y las firmas, y el impacto negativo de la crisis en el bienestar de los peruanos será mucho mayor.

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