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Showing posts from November, 2013

Lecciones de economía para Maduro

(Diario16, 16 de noviembre de 2013) Como Hugo Chávez en su momento, y como otros presidentes en países latinoamericanos y no latinoamericanos en el pasado, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, persiste en la idea de que los controles de precios son aconsejables como mecanismo para luchar contra la inflación y abaratar los productos de primera necesidad. En la mente de Maduro, la escasez de productos y las enormes colas para obtener tales productos no son consecuencia de los controles, sino son más bien el resultado del egoísmo de los empresarios, de las maniobras de los especuladores, los malos de la película. Maduro no parece entender economía básica. Tal como la establece la teoría microeconómica, el establecimiento de un precio máximo para un producto cualquiera puede llevar a un desequilibrio en el mercado de tal producto. Si el precio máximo se encuentra por debajo del precio de equilibrio (es decir, del precio al que se convergería en un mercado libre

La rentabilidad de los ferrocarriles

(Diario16, 5 de octubre de 2013) Desde hace varios años escuchamos a muchos políticos hablar de la necesidad de construir más ferrocarriles, pues ellos representan un medio más rápido de transporte que las carreteras. Gracias al Metro de Lima, por ejemplo, los limeños ahorrarían muchas horas y ganarían comodidad y seguridad. Gran parte de la población, sin duda, apoya los proyectos de inversión en infraestructura ferroviaria, sobre todo en Lima. Lamentablemente, aunque se mencionan con frecuencia los beneficios de tales inversiones, usualmente se omite de la discusión un tema que no debe estar ausente: el costo de oportunidad. ¿Cuántos políticos, por ejemplo, hacen un balance entre los beneficios y los costos por construir líneas férreas? Sin duda, construir líneas férreas genera beneficiarios. En realidad, toda obra pública siempre genera beneficiarios. Sin embargo, para que convenga llevar cabo un proyecto no es suficiente que haya beneficiarios. Además, lo

De vuelta a la realidad

(Diario16, 28 de septiembre de 2013) Durante varios años muchas empresas creyeron en la historia del milagro peruano, en el cuento de que la economía peruana podía crecer sostenidamente a 8% o incluso 10%. Economistas cono poco conocimiento de la teoría económica y políticos interesados en mantener cierta popularidad gracias al alto crecimiento económico contribuyeron con la fantasía. Hasta hubo quienes llegaron a sostener no sólo que estábamos “blindados” ante cualquier crisis externa, sino además que los europeos envidiaban a los peruanos debido al alto crecimiento del PBI de la economía peruana. Hoy la confianza del empresariado peruano es bastante menor que hace un año. Muchos sostienen que el Presidente Humala es el gran culpable de esta desmejora en las expectativas de los empresarios; que si no fuera por su “discurso pesimista” todos seguiríamos creciendo al mismo ritmo de años atrás. Sostienen que el hecho de que este año la economía vaya a crecer en

La competitividad y la educación

(Diario16, 14 de septiembre de 2013) Qué duda cabe que la baja competitividad es un factor primordial en la sostenibilidad del crecimiento económico. Una economía puede crecer a altas tasas durante un corto período de tiempo; pero si sus niveles de competitividad son bajos, el crecimiento eventualmente convergirá a tasas bajas. Sin embargo, debemos tener cuidado con las implicancias de política de esta relación positiva entre competitividad y crecimiento económico. Aunque la competitividad tenga efectos positivos en el crecimiento de largo plazo, no todo esfuerzo por mejorar la competitividad será recomendable. Consideremos el caso del capital humano, por ejemplo. Varios estudios sugieren que un mayor capital humano tiene un impacto positivo en el crecimiento económico. En este caso, el capital humano, como el capital físico, contribuiría al aumento de la productividad y un mayor nivel de actividad económica. No es sorprendente, en tales circunstancias, q

El ahorro obligatorio

(Diario16, 7 de septiembre de 2013) Y el gobierno desistió —al menos por un año— de obligar a los trabajadores independientes a aportar a una AFP. Es una excelente noticia. El problema del ahorro obligatorio, sin embargo, no se ha solucionado. Hoy, como desde hace 20 años, los trabajadores dependientes siguen obligados a aportar. Sin duda, comprendemos la preocupación del gobierno por no tener que asignar cuantiosos recursos fiscales para asistir a quienes no ahorraron durante sus años de juventud. La política de obligar a las personas a ahorrar, sin embargo, es errada. Son varias las objeciones a la política de obligar a los trabajadores a ahorrar a través de una AFP. Por un lado, el Estado no debe obligar a ningún trabajador a ahorrar si éste no desea hacerlo. Una persona debe ser libre para determinar en qué momento ahorrar o si ahorrará algo. Obligar a una persona a ahorrar implica ir en contra de la asignación de recursos que esta persona libremen

La obsesión con el PBI

(Diario16, 31 de agosto de 2013) Muchos economistas muestran la tendencia a preocuparse cuando el PBI (la producción total del país) crece menos y alentar a que el Estado “haga algo” cuando el crecimiento de la producción se desacelera. En las mentes de estos analistas, parece que el crecimiento del PBI es el fin más importante de la sociedad. Si el PBI crece en 6%, habrá que pensar cómo hacer para que crezca en 8%; y si crece en 8%, habrá que hacer algo para que crezca en 10%; y si crece en 10%, habrá que hacer algo para que crezca incluso más. Nos sorprende esta obsesión con el PBI que tienen muchos economistas. Y nos sorprende porque, a diferencia de lo que muchos pueden pensar, la teoría económica no establece que la maximización del PBI sea lo mismo que la maximización de la satisfacción de las personas. Desde mediados del siglo XIX, importantes economistas (sobre todo Carl Menger) indicaron que las personas toman decisiones en función de un concepto s