Las lecciones de la crisis

(Diario16, 21 de noviembre de 2012)

La crisis financiera del 2008 en los Estados Unidos fue la peor crisis de dicho país en varias décadas. Desde entonces, hemos escuchado y leído las opiniones de muchos que consideran que la crisis se debió al propio capitalismo liberal, es decir, al sistema económico de libre mercado y a la falta de regulación estatal. ¿Es esto cierto? ¿La mayor intervención del Estado habría sido la solución para evitar la crisis? ¿O fue más bien la política monetaria de la Reserva Federal la que tuvo algo que ver con la crisis?
Para entender la crisis del 2008, es importante explicar brevemente los factores detrás de los ciclos económicos. Tal como lo ha sostenido desde hace varias décadas la Escuela Austriaca de Economía (la escuela de pensamiento que mejor explica los ciclos económicos), los ciclos económicos existen desde que los bancos aparecieron en la vida económica de las sociedades. Sin embargo, los bancos centrales tienen la capacidad de exacerbar los ciclos económicos. A través de la aplicación de políticas monetarias expansivas, los bancos centrales impulsan el crecimiento de la demanda, acentúan los booms y generan, por lo tanto, las condiciones para crisis mucho más profundas.
Una revisión de la data muestra que la crisis del 2008 se debió en gran parte a la política monetaria expansiva de la Reserva Federal. Fue la política monetaria expansiva la que generó la burbuja hipotecaria de la década de los 2000’s, y fue por lo tanto dicha política monetaria la principal responsable de la crisis del 2008 y de la recesión que se produjo a continuación.
La Reserva Federal aplicó una política monetaria expansiva desde inicios de la década de los 2000’s, a través de una reducción de la tasa de interés. La tasa de interés llegó a 1% en 2003 y se mantuvo así por varios meses. Esta reducción del costo de crédito llevó a un aumento del crédito. El aumento del crédito y de la demanda era justamente el objetivo de la política monetaria a inicios de los 2000’s. A las menores tasas de interés y la abundante liquidez, los bancos se tornaron más permisivos en el otorgamiento de préstamos a bajo costo y a clientes con pobre historia de crédito. Fue esta masiva inyección de crédito lo que dinamizó la demanda y la inversión, en particular, en inmuebles. Los créditos hipotecarios y la demanda por inmuebles a su vez llevaron a un aumento acelerado de los precios de los predios. La burbuja hipotecaria se había creado. Esta burbuja fue tan importante que, de acuerdo con estimaciones de la revista “The Economist”, el aumento en el valor de las residencias en los países desarrollados fue equivalente al 100% del PBI total.
Este ritmo de crecimiento del dinero, sin embargo, no era sostenible. Eventualmente la economía retornaría a su equilibrio de largo plazo. La Reserva Federal tuvo que aumentar la tasa de interés para evitar un mayor sobrecalentamiento de la economía. El crédito barato se eliminó y los precios de los inmuebles cayeron abruptamente. Los bancos se enfrentaron a deudas impagas garantizadas con inmuebles que valían muy poco. Se producía así la peor crisis financiera de las últimas décadas.
La experiencia norteamericana entonces confirma que las políticas monetarias expansivas pueden llevar a la exacerbación de los ciclos económicos y la profundización de las crisis económicas. La principal causa de la profunda crisis no fue el propio capitalismo ni la falta de regulación, sino más bien el abaratamiento del crédito, como consecuencia de la política monetaria expansiva de la Reserva Federal.

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