Depardieu y una señal a los gobiernos ineficientes

(Diario16, 9 de enero de 2013)
 
Hace unos días, el actor francés Gerard Depardieu recibió su nuevo pasaporte de manos de Vladimir Putin, concretándose así la obtención de la ciudadanía rusa. La razón de Depardieu para solicitar la ciudadanía rusa es clara: en Francia la tasa de impuesto a la renta para millonarios como él aumentará de 41% a la astronómica cifra de 75%, mientras que en Rusia la tasa es la misma para todos e igual a 13%.
 
Para quienes estamos en contra de que los gobiernos castiguen a los ciudadanos con altos impuestos, la decisión de Depardieu es, sin duda, una noticia que nos alegra. La movilidad de capitales es, después de todo, un mecanismo que tienen los ciudadanos para hacer frente a las políticas ineficientes de los Estados. Gracias a la movilidad de capitales, los ciudadanos pueden enfrentarse al excesivo poder que tienen muchos gobiernos.
 
Lamentablemente, desde hace bastante tiempo, gran parte de Europa y los Estados Unidos ha aumentado sus niveles de gasto público. Un gasto ineficiente, improductivo y cada vez más alto ha llevado a los gobiernos a incurrir en persistentes déficits fiscales que se han traducido en una creciente deuda pública. En Francia, por ejemplo, la deuda pública alcanza el 90% del PBI. Italia, Grecia, Irlanda y España tienen deudas públicas (como porcentaje del PBI) de 120%, 170%, 117% y 90%, respectivamente. En los Estados Unidos, la deuda pública supera los 16 billones de dólares, es decir, supera el 100% del PBI.
 
Para enfrentar esta gran deuda pública, algunos gobiernos han apelado al aumento de los impuestos, pese a que la causa de los excesivos déficits fiscales es, en realidad, el elevado gasto público. Pero los gobiernos no solo han aumentado impuestos, sino que también han incrementado las tasas impositivas a quienes tienen mayores ingresos. Muchos políticos han sostenido que sería “injusto” y “regresivo” aumentar impuestos a todos. Estos gobiernos han insistido, pues, en mantener una estructura tributaria ineficiente, es decir, un sistema en el que las tasas impositivas dependan del nivel de ingreso, específicamente un sistema en el que los ricos pagan una tasa impositiva muy alta y muchos ciudadanos no pagan nada.
 
Un sistema tributario eficiente consiste en un sistema en el que todos paguen el mismo porcentaje de sus ingresos. En este caso, el monto pagado (en dólares) será mayor para los ricos, pero el porcentaje será el mismo. La teoría económica es bastante clara: una estructura impositiva de iguales tasas para todos es más eficiente porque dicho sistema no distorsiona los incentivos a trabajar e invertir. Por el contrario, un sistema de tasas diferentes reduce la capacidad de generación de riqueza de la economía.
 
Quizás la razón por la que muchos ciudadanos no entienden la importancia de que la estructura impositiva sea una de tasas iguales para todos es que la pérdida de riqueza por una estructura impositiva ineficiente no es fácilmente medible. A menos que haya una fuga de capitales como la que podría darse ahora en parte de Europa y Estados Unidos tras los aumentos de impuestos a los más ricos, la gran parte de la población no entiende que dicha estructura impositiva reduce la capacidad de generación de riqueza. En ese sentido, la decisión de Depardieu podría significar una señal clara para los gobiernos que insisten en mantener sistemas tributarios ineficientes en beneficio de un enorme gasto público también ineficiente

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