¿Qué debe hacer el Banco Central de Reserva?

(El Comercio, 25 de agosto de 2013)
El Banco Central de Reserva (BCRP) no debe aplicar una política monetaria expansiva vía una reducción de la tasa de referencia o la disminución de la tasa de encaje con el fin de contrarrestar los efectos de una posible menor demanda interna y externa. El BCRP debe más bien preocuparse por mantener una baja tasa de crecimiento de la liquidez. La inyección de liquidez podría en el corto plazo favorecer a algunas empresas y hogares. Pero llevaría a un muy mal uso de los recursos de la sociedad.
Sabemos que varios economistas han comentado sobre la necesidad de aplicar una política monetaria expansiva para lograr un mayor ritmo de crecimiento. Esta posición es errónea, pues se basa en supuestos poco razonables sobre el funcionamiento de la economía.
Un primer supuesto es que los salarios nominales son rígidos. Este supuesto es difícil de defender para la mayor parte de trabajadores peruanos: nuestro país tiene un sector informal bastante significativo, por lo que uno esperaría un ajuste de salarios mucho más rápido que en economías con menores índices de informalidad.
Un segundo supuesto (más importante que el primero) es que las políticas monetarias expansivas no tienen efecto en los precios relativos. Este supuesto, en nuestro país como en otros, no parece sensato. La alteración de precios relativos es un efecto bastante nocivo de las políticas monetarias expansivas. En el Perú nos hemos estado preocupando justamente por los efectos de la excesiva liquidez en los precios de los inmuebles. Afortunadamente la Reserva Federal irá contrayendo el ritmo de crecimiento de la liquidez en dólares, lo que encarecería los créditos y ayudaría a controlar las presiones alcistas en los precios de los inmuebles y otros activos. Si el BCRP aumenta el ritmo de crecimiento de la liquidez en soles, ejercería una presión sobre los precios de los activos, con la consiguiente distorsión de precios relativos.
La liquidez en el Perú ha aumentado a ritmos significativos. Entre 2002 y 2012, por ejemplo, el circulante creció a un ritmo de 19% por año; y la liquidez del sector bancario en soles creció a un ritmo de 23% por año. El alto ritmo de crecimiento de la liquidez en soles, junto con el crecimiento de la liquidez en dólares, ha llevado a una expansión significativa del crédito. Así, el crédito en moneda nacional del sistema bancario al sector privado se expandió a una tasa anual de 21.6% entre 2002 y 2012.
Que la expansión del crédito se haya dado en parte por la expansión de liquidez es, sin duda, preocupante. Continuar con esa política o expandir aún más la liquidez sería un grave error. Los ciclos económicos son un fenómeno natural de las economías. Si el Gobierno desea un mejor uso de los recursos de la economía, debería preocuparse por lograr una mejor definición y protección de los derechos de propiedad, combatiendo por ejemplo la corrupción, y el crimen, en vez de apostar por políticas contracíclicas.

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