El caudillismo de los partidos políticos

(Gestión, 14 de diciembre de 1999)

Algunos analistas políticos sostienen que el caudillismo de Cambio 90, Somos Perú y Solidaridad Nacional, es preocupante para nuestro desarrollo político, si queremos que nuestro sistema de partidos sea sólido y fomente la participación ciudadana. Esta preocupación, sin embargo, no debería ser exclusiva de los politólogos. Además, los economistas y en general todos aquellos que nos preocupamos por el desarrollo económico de un país, deberíamos lamentar el caudillismo que caracteriza a nuestro sistema de partidos políticos.

El caudillismo de los partidos políticos (sobre todo de los que siempre han dicho representar a los más pobres) ha sido una de las razones por las que en nuestro país no ha sido difícil para algunos Presidentes de turno aplicar políticas económicas populistas, con el fin de favorecer a ciertos grupos privilegiados. Tanto los partidos llamados de izquierda como el Apra se caracterizaron desde sus orígenes por entablar relaciones verticales entre los dirigentes partidarios y las bases; por lo que las organizaciones populares sufrieron una suerte de colonización por parte de los líderes políticos. Por ello, los partidos políticos aparentemente representativos de los sectores populares no demandaron reglas de juego que incentiven la inversión privada y el intercambio comercial, sino políticas populistas con efectos aparentemente positivos para los sectores populares en el corto plazo, pero en realidad negativos en el largo plazo.

El caudillismo de los partidos políticos no fue, sin embargo, exógeno al funcionamiento de nuestro sistema político. Más específicamente, la concentración del poder y la postración política de los sectores populares fomentaron el caudillismo de los partidos políticos. La persecución de los dirigentes del Apra y de los partidos de izquierda los convirtieron en partidos verticalistas, donde las opiniones del líder máximo eran por lo general aceptadas sin mayor discusión. No había, después de todo, otra manera de sobrevivir en un ambiente tan hostil.

Con todo el poder en sus manos, los líderes políticos que decían representar a los sectores populares no tuvieron los incentivos necesarios para actuar a favor de sus bases. Más bien, optaron por proponer políticas populistas que les rindan beneficios en el corto plazo. Asimismo, tuvieron poca disposición a negociar con los representantes de los sectores empresariales. Era más rentable políticamente para los caudillos seguir considerando a los empresarios como los “explotadores”, con quienes no se debería llegar a acuerdos políticos bajo ningún concepto. Así, había un escaso margen para llegar a consensos básicos sobre las políticas económicas.

Entonces, cuando las organizaciones populares tuvieron una mayor influencia en el gobierno, las políticas aplicadas fueron excesivamente intervencionistas y populistas y, por lo tanto, aparentemente reivindicativas de los “derechos” de los trabajadores y los más pobres. Ejemplos de ello fueron los gobiernos de Bustamante (1945-48), Velasco (1968-75) y García (1985-90). En estos gobiernos, las medidas económicas tendieron supuestamente a favorecer a los sectores populares y, por lo tanto, a perjudicar a los “más ricos”, a través de controles de precios, subsidios, tratamiento diferenciado, y (en el gobierno de Velasco) estatización de empresas privadas. Con el paso de los años, estas medidas destruyeron la economía e hicieron a los pobres más pobres. Hoy en día, el caudillismo de las fuerzas políticas que dicen representar a la sociedad civil es sumamente preocupante. Tanto Cambio 90, como Somos Perú y Solidaridad Nacional dependen casi exclusivamente de la popularidad de sus respectivos líderes Alberto Fujimori, Alberto Andrade y Luis Castañeda.

El ambiente es, entonces, propicio para nuevos experimentos populistas que lleven al país al descalabro económico. ¿No debemos entonces procurar mejorar los canales de participación ciudadana? ¿O queremos seguir confiando en la bondad inquebrantable de nuestros líderes políticos?

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